¿Té en hoja o en bolsita? Lo que nadie te explicó con claridad

Vas al supermercado, al herbolario o a una tienda especializada. Te encuentras frente al lineal del té y aparece la duda: ¿compro té en bolsitas o apuesto por el té a granel?

A primera vista, parece una cuestión de comodidad.

Pero detrás de esa elección se esconden diferencias profundas en calidad, sabor, procedencia e incluso en el tipo de experiencia que vas a tener al preparar y tomar té.

Este artículo no pretende demonizar las bolsitas, pero sí ofrecerte una mirada honesta y completa para que puedas decidir con criterio, sin dejarte llevar por el envoltorio o por falsas promesas.

En la mayoría de los casos, las bolsitas estándar (las cuadradas o redondas de papel) contienen lo que se conoce como fannings o dust: partículas muy pequeñas, restos del procesamiento de hojas enteras, que se oxidan rápidamente y pierden sus propiedades organolépticas.

• Tienen mayor superficie de contacto, por lo que infusionan más rápido.

• Pero también pierden aroma y frescura antes, al estar más expuestas al aire.

• Suelen ser el “descarte” de tés de mayor calidad.

Es decir, una bolsita de té tradicional es, en la práctica, el polvo del fondo del saco.

El té en hojas sueltas conserva su forma natural (entera, enrollada, torcida, segmentada según el estilo de elaboración). Esto permite que mantenga:

• Sus aceites esenciales.

• Su estructura celular.

• Su evolución aromática y gustativa al infusionarse.

Un buen té a granel puede provenir de un jardín concreto, de una cosecha específica, incluso de una altitud determinada. Es un producto agrícola de calidad, no una mezcla industrial anónima.

El té en hojas se despliega, se abre, respira. Al prepararlo ves cómo se transforma, cómo el agua lo despierta.

La bolsita, en cambio, se limita a teñir el agua en cuestión de segundos.

• Con hojas enteras puedes controlar temperatura, tiempo, cantidad y estilo de infusión (oriental, occidental, cold brew...).

• Con bolsita, estás limitado al diseño industrial: dosis fija, materiales poco flexibles, sabor plano y genérico.

En los últimos años han surgido bolsitas en forma de pirámide, hechas de material más resistente (a veces de maíz, otras de nylon o plástico biodegradable) que permiten más espacio para que las hojas se expandan.

Estas bolsitas pueden contener té de mejor calidad, incluso hojas enteras, pero:

• Siguen siendo más caras que el mismo té a granel.

• A menudo se pagan más por el envase que por la hoja.

• Hay que revisar bien si contienen hojas reales o simplemente cortes más grandes que los fannings.

Si buscas comodidad sin sacrificar tanta calidad, pueden ser una opción intermedia. Pero no sustituyen la experiencia ni la riqueza sensorial del té a granel.

Las bolsitas convencionales pueden contener microplásticos, colas industriales o tintas no biodegradables. Aunque muchas marcas están haciendo esfuerzos por mejorar, lo cierto es que:

• El té a granel genera menos residuos.

• Puedes controlar el envase, elegir recipientes reutilizables y reducir el impacto.

• No necesitas sobreempaquetados, etiquetas ni envoltorios innecesarios.

Consumir té en hojas es también una forma de beber de manera más consciente.