Pocas bebidas despiertan tanta fascinación, devoción y misterio como el té.
Lo bebemos para despertar, para relajarnos, para compartir una charla o para estar con uno mismo. Pero, a pesar de su omnipresencia, es común confundir qué es realmente el té, qué diferencia tiene con una tisana y por qué no todo lo que se infusiona es té.
Este artículo aclara estos conceptos esenciales para cualquiera que quiera iniciarse en el camino del té de forma seria.
Planta del té: Camellia Sinensis
Té, estrictamente hablando, es la infusión que se prepara a partir de las hojas procesadas de la planta Camellia sinensis. Esta planta es originaria de Asia, y dependiendo de la región donde crece, el clima, la altitud y el método de procesamiento, se obtienen los distintos tipos de té: verde, negro, blanco, oolong, amarillo y Pu Erh.
Todas estas variedades vienen de la misma planta, pero la forma de tratar sus hojas tras la cosecha determina el tipo de té. Por eso, el té verde no es una planta distinta al té negro, sino una expresión distinta de la misma hoja.
Es una planta perenne de hoja fuerte y firme.
Se cultiva principalmente en regiones con clima subtropical o tropical.
Tiene dos subespecies principales: Camellia sinensis sinensis (China) y Camellia sinensis assamica (India)
Proceso de infusionar
"Infusión" es un término amplio y técnico.
Designa el método por el cual se extraen los compuestos solubles de un material vegetal (como hojas, flores, cortezas o raíces) al sumergirlo en agua caliente.
Ten en cuenta...
Todo té es una infusión, pero no toda infusión es un té. Es un género que incluye muchas especies vegetales diferentes.
Ejemplos de infusiones:
Té negro (Camellia sinensis)
Infusión de manzanilla (Matricaria chamomilla)
Infusión de rooibos (Aspalathus linearis)
Infusión de menta (Mentha piperita)
Tisanas herbales y de frutas
La palabra tisana proviene del griego "ptisane", que significaba una decocción de cebada. Con el tiempo, en francés y luego en español, la palabra pasó a designar cualquier bebida elaborada a partir de hierbas, especias o frutas infusionadas que no contienen Camellia sinensis.
Por eso, cuando tomamos una infusión de hibisco, melisa o regaliz, estamos hablando de tisanas. No tienen cafeína (puede haber blends que lleven ingredientes con cafeína), no son té, pero comparten el ritual de prepararse con agua caliente y dejarse reposar.
Ejemplos de tisanas:
Infusión de valeriana (sedante natural)
Rooibos (originario de Sudáfrica)
Mezclas de frutas deshidratadas con hibisco
Infusiones ayurvédicas sin té
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Aprender a distinguirlos es el primer paso para profundizar en el mundo del té con conocimiento. No se trata de ser puristas, sino de tener claridad:
Para elegir un té que nos estimule o una tisana que nos relaje.
Para comprar con criterio y no dejarse llevar por etiquetas engañosas.
Para entender las propiedades, los tiempos de infusión y las temperaturas adecuadas.
Muchos productos comerciales etiquetados como "té de frutos rojos" o "té de manzanilla" no contienen ni una hoja de té. Son tisanas, y llamarlas té es incorrecto, aunque común en el habla cotidiana.
Llamar al té por su nombre es un acto de precisión, pero también de respeto por su historia, su origen y su cultura.
Entender la diferencia entre una infusión, una tisana y un té es abrir la puerta a una comprensión más rica del universo de bebidas calientes que acompañan a la humanidad desde hace milenios. Y es, sin duda, el primer sorbo que debe dar quien quiere adentrarse con seriedad en este fascinante mundo.
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